“El objetivo de la
terapia Gestalt es que los pacientes se den cuenta de lo que están haciendo,
cómo lo están haciendo y qué pueden hacer para cambiar y al mismo tiempo
aprendan a aceptarse y valorarse a sí mismos. La toma de conciencia de las dos primeras premisas produce cambios en sí
mismas”
Adolfo Martínez.
Adolfo Martínez.
La Gestalt viene formando parte, hace algún tiempo ya, del panorama profesional en el mundo de las
terapias psicológicas, aquí vemos algunas de las claves para
conocerla.
El término alemán “Gestalt” se ha traducido como “forma” o
“configuración”. Esta forma es aquello que resalta o tiene más interés para el
paciente en el aquí y ahora concreto.
Esta terapia fue desarrollada por Fritz Perls a mitad del siglo
XX, basándose en su propia experiencia como paciente psicoanalizado, el teatro
y una intensa búsqueda de una forma terapéutica auténtica y con resultados
reales, sin artificios y más
interesada en la felicidad de las personas que en las cuestiones estadísticas.
Es una terapia humanista que tiene como principal objetivo el
darse cuenta del paciente. Este darse cuenta consiste en ampliar la conciencia de uno mismo y de las formas en
que las respuestas automáticas se disparan, interponiéndose entre nosotros y
nuestras vivencias.
Se basa en el dialogo que establecen terapeuta y paciente.
Dialogo auténtico sobre las cuestiones que quiere abordar el paciente, en
aquello en lo que está aquí y
ahora. Y que dará la forma que destaca del campo sobre la que trabajar en la sesión.
El aquí y ahora como única forma saludable de estar en el mundo
y poniendo énfasis en los aspectos sensoriales y emocionales, en el presente, más allá de lo que fue, pudo haber sido,
podría o debería ser. Las explicaciones e interpretaciones se
consideran menos confiables que aquello que se percibe y se siente
directamente.
Partiendo de la base de que todos nos educamos a todos, siempre
y cuando haya contacto, puede decirse que la terapia gestalt se basa en esta mutua educación
y a través del dialogo entre las dos personas que desarrollan el trabajo terapéutico, consigue que el
paciente sea más consciente de sí mismo.
En este caso por educación entendemos el proceso por el cual dos
o más personas en contacto se ajustan para producir una respuesta que marque la
frontera de dicho contacto para cada una.
En el encuentro que tiene lugar en las sesiones, habitualmente
semanales, se dialogan las cuestiones específicas por las que el paciente ha
llegado a la terapia, su pasado, sus experiencias, como vive su vida. Un
dialogo auténtico que hace que se vaya generando un vinculo paciente-terapeuta
que es la base del avance del paciente hacia encontrarse, solucionar, aceptar,
ver diferentes perspectivas y responsabilizarse de cómo algunas formas inconscientes de su estar en
el mundo hacen que sufra mas allá de lo recomendable para su
salud.
El objetivo es que los pacientes se den cuenta de lo que están
haciendo, cómo lo están haciendo y qué pueden hacer para cambiar y al mismo
tiempo aprendan a aceptarse y valorarse a sí mismos. La toma de conciencia de
las dos primeras premisas produce cambios en sí mismas.
Disponibilidad y
honestidad son conceptos claves del terapeuta gestáltico, que en su labor
combinará el apoyo y la frustración a su paciente.
Este tipo de terapia está recomendada para todo tipo de dificultades psicológicas,
así como el desarrollo y crecimiento personal. Abarca todas las
edades y tiene muy buenos resultados como terapia de grupo e individual. En
pareja tiene la peculiaridad de que se trabaja con dos terapeutas.
La formación de los profesionales de este campo está en manos de
la Asociación Española de Terapias Gestált. La cual establece unos criterios
formativos rigurosos y pone énfasis en los aspectos prácticos y vivenciales de
todos los que deseen desarrollar en este enfoque su camino profesional
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